TU NO ESTAS PARADO EN LA BRECHA
- AlfonsoyBelen Bernal

- 17 ago
- 3 Min. de lectura
Por: Pastora Belén Bernal | Ministerio Dos Mejor Que Uno
Hay momentos en el proceso de restauración en los que sentimos que no podemos más. Decimos cosas como:

“Estoy parado en la brecha y no pasa nada.”
“Ya me cansé.”
“Estoy solo en esta lucha.”
Pero el Espíritu de Dios ha revelado algo poderoso: ¡Tú no estás parado en la brecha!
Es Cristo en ti el que está parado. No fue tu idea… fue Dios quien te puso ahí
Filipenses 2:13 dice:
“Porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad.”
¿Quién te dio el querer de interceder? ¿Quién te dio la fuerza para esperar? No fue tu carne. La carne no se quiere sujetar al dolor, ni a la disciplina, ni a la espera. Fue Dios mismo quien puso en ti ese anhelo. Fue Cristo en ti quien se levantó en medio de tu debilidad para pararse en la brecha.

Eres parte del sacerdocio real Apocalipsis 5:10 nos dice: “Y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra.” Esto significa que no estás luchando como un mendigo espiritual.
Eres parte de un sacerdocio eterno. Has sido hecho rey, reina, sacerdote o sacerdotisa —no por mérito, sino por redención.
Y parte del deber del sacerdocio es interceder, pararse en la brecha, representar a
otros delante del trono de Dios. Pero la carga no es tuya… es de Cristo en ti.
Cristo en ti es quien se mantiene firme Gálatas 2:20 declara: “Con Cristo estoy
juntamente crucificado, y ya no vivo yo, más vive Cristo en mí…”
Esta es la verdad que cambia todo: Ya no eres tú quien sostiene la fe. Es la fe de Jesús en ti.
Ya no eres tú quien soporta el proceso. Es Jesús en ti quien sigue diciendo: Padre,
perdónalos, porque no saben lo que hacen;
Por eso, si hoy estás cansado, no tires la toalla. Porque no estás parado por tu

fuerza, sino por la vida de Cristo que se manifiesta en tu cuerpo mortal.
No es tiempo de quejarte, es tiempo de recordar tu llamado ¿Recuerdas cuando le dijiste al Señor “Heme aquí, envíame a mí”? Esa fue una entrega total. Dijiste que sí al Gran Intercambio: Jesús dio Su vida por ti, y tú entregaste la tuya para Él vivir en ti.
Entonces… ¿por qué te quejas? ¿No fue tu boca la que cantó alguna vez “Heme aquí Señor, envíame a mí”? Primera de Pedro 2:21 (NTV) dice: “Dios los llamó a hacer lo bueno, aunque eso signifique sufrir, tal como Cristo sufrió por ustedes. Él es su ejemplo, y deben seguir sus pasos.”
Si estás atravesando una temporada dura —esperando por un cónyuge, por una
restauración, por una promesa— no es señal de derrota. Es señal de que estás
participando del sufrimiento de Cristo.
El secreto para resistir está en esta verdad Cuando entiendes que es Cristo en ti quien está parado en la brecha:
La carga se aligera.
La esperanza se renueva.
Y puedes soportar el tiempo que sea necesario.
No lo haces con tus fuerzas. Lo haces con Su gracia. No esperas con tu fe. Esperas
con Su fe en ti. ¿Y tu cónyuge? Cristo también está en él porque Romanos 8:10 afirma:
“Cristo está en vosotros, aunque el cuerpo esté muerto a causa del pecado, el espíritu vive a causa de la justicia.”
Aunque tu cónyuge no esté sirviendo al Señor hoy, tú estás cubriéndolo como
sacerdote (sacerdotisa). Tu santidad lo santifica. Tu intercesión lo sostiene. Tu fe está abriendo brechas en el mundo espiritual.
El deber del sacerdocio Este mensaje es el inicio de una serie titulada titulada “El Deber del Sacerdocio”, donde aprenderás: Tu rol espiritual como intercesor, Cómo resistir sin cansarte, Qué significa ser el guante de Jesús. Por qué la restauración no depende de tu esfuerzo, sino de Su presencia en ti.
Mira el mensaje completo aquí abajo:
¿Este blog tocó tu corazón?
Compártelo con alguien que esté cansado de esperar.
¡Recuerda! Tú no estás parado en la brecha…
Es Cristo en ti quien pelea por lo que Dios dijo que es tuyo.


Comentarios